viernes, 6 de junio de 2014

¡Secretos de un Guarda espaldas!

Si decimos Alejandro Álvarez, tal vez no te vengan a la memoria, algún personaje conocido. Pero si decimos “El Russo” en el ambiente de la noche porteña, ya es otra cosa. Es un hombre en cual depositan su seguridad personal, algunos “Celebrities” del Jet Set porteño y  varias de las empresas relacionadas a eventos masivos.


Álvarez es el principal responsable de la empresa  Grupo 910 SA. Que cuenta con más de diez años en el ámbito de la seguridad privada. Si bien no es de ahora la trascendencia de este hombre en el ámbito de la farándula, el no lo dice, pero fue entre otros custodio personal de futbolistas muy conocidos como así también (se dice) de Susana.  Pero en estas últimas semanas se lo conoció como el custodio de Wanda Nara, saliendo en todos los canales de televisión. Primero lo vimos en Ezeiza, abriéndole paso, ante la oleada de periodistas, y luego un poco más distendido en el casamiento con Mauro Icardi.
En sus oficinas de la calle Arenales nos recibió  con las puertas abiertas de su despacho, aprovechamos de su cordialidad para iniciar la charla y le preguntamos, Alejandro: ¿Por qué muchos te llaman ruso? -  A fines de los ochenta cuando comencé a trabajar en los boliches, a todos los patovicas, se los conocían por su apodo o sobre nombre, estánban: “El Negro Charly”, “Ban - Ban”, “Mickey”  entre otro de los apodo de esa época. Y a mí como soy así medio gringo y grandote me encajaron “El Ruso”, - recuerda-  era una  cuestión de pasar desapercibido, por las dudas.
Es una persona muy extrovertida, pero a la hora de hablar de sí mismo, tiene ciertas reservas. Es uno de esos tipos que sabe y le gusta dar consejos, a sus amigos.

¿En donde fue la primera vez, que estuviste como portero de un boliche? – Estaba trabajando en una Boite, de Recoleta y un  amigo me comento que estaban buscando un portero que supiera hablar muy bien ingles, para un local del Barrio de Colegiales.   Y como yo había tenido ingles desde chiquito en el  colegio, la tenia re clara charlando con los turistas, pero no sabía que era para New York City. Ese fue un lugar donde conocí a mucha gente copada. En ese boliche, algunos años después,  junto con unos muchachos que trabajaban con migo, empezamos a hacer la seguridad para otros boliches de gran renombre como este.  Y así de apoco nos empezaron a llamar de todos lados y que ahora ya no existen tales como, “El morocco”, “Mint”, “El Dorado” “Sahaara”, “Caix”, por nombrar algunos. Por eso, por la buena onda que le imprimíamos a nuestros servicios, eso que arranco como un sello característico, “mío en primer lugar, y que luego se lo fui inculcando a los que trabajaran, en mi empresa”. 


Bueno por último,  volviendo a estos días, contame cómo fue que se te dió, de hacerle la custodia a Wanda, A esta altura del partido, con toda una empresa a tu cargo, ¿Podrías  a ver mandado a un empleado tuyo a hacer ese trabajo? o No...


 – Sabes lo que pasas, esto no es de ahora, ella me conoce hace ya muchos años. Yo siempre me encargué de supervisar cada uno de los eventos en los  cuales me  contrataban para la seguridad. Y cuando ella estaba comenzando su carrera, me la cruzaba en diferentes eventos, presentaciones de publicidades, desfiles, discotecas y en muchos de esos lugares me veía a mí y a mis muchachos haciendo la seguridad. Es por eso que me llamo su padre para que se la cuidara.