viernes, 21 de marzo de 2014

EN RETIRO DE NOCHE, COMIDA PARA EL CUERPO Y ALIMENTO PARA EL ALMA


En la terminal de Retiro una gran cantidad de personas  en  situación de calle recibe alimentos y una porción de ayuda espiritual.

                                             Por: Milcar Paredes


Retiro, es el punto de encuentro para llegar o salir de  de Buenos Aires, en autobús.  Es un lugar que todos los que viven en esta ciudad conocen muy bien.  Para algunos fue la puerta de entrada a sus sueños y a nuevas oportunidades, en cambio para otros, un modo  de vida del cual  no fue lo que esperaban.

En esta situación, de encontrarse con una vida diferente a lo que uno tenían pensado,  las esperezas  y las fuerzas de algunos  se fueron menguando, casi hasta transformarse  en seres oscuros, que perdieron su luz  a tal punto de que se les apago el brillo propio de sus ojos.  De tal modo de llegar a una circunstancia que, en algún momento – Que no se sabe cuándo, cómo ni donde-  Se trasformaron es seres invisibles, para una gran mayoría, en la ciudad de las luces.


 Son las veintidós horas de un domingo de Marzo, cuando el verano comienza a retirarse de Buenos Aires. Una gran cantidad de personas descienden de los micros que llegan de diferentes lugares de nuestro país, Argentina. Es lógico son los últimos días de vacaciones y  al  día siguiente se deben reincorporar a su trabajo y  continuar con la rutina habitual de todo el año.

En un lugar muy cercano de allí, donde la gente apurada, porque va o vuelve de sus vacaciones u asuntos de negocios, no ve. Allí  debajo del puente cinco de la terminal de ómnibus, hay otras personas que esperan,  pero no esperan a un familiar que vuelva de viaje. Si no, que están  esperado a Eugenia y a los  voluntarios, del “El Arte de Vivir”.


Eugenia y varios jóvenes, con un mismo sentir,  conformaron “Manos que Ayudan” este grupo en donde  ellos mismos  llevan a cabo  la tarea de acercarles una ración de  comida para el cuerpo y alimento para el alma, a toda esa  gente que se encuentra en situación de calle. Tres veces por semana,  los martes, jueves y domingos, desde todos los rincones de Retiro se acercan a este encuentro.

Eugenia se define como una persona zapatera de profesión y cordobesa de nacimiento, que después de sus labores diarias, se hace un tiempo para poder ayudar a toda esta gente compartiendo un momento cálido  y acercándoles una enseñanza y el arte de meditar.

Comenta que la oportunidad de trasmitir una herramienta como la meditación  los ayuda a frenar la mente por unos minutos y tomar contacto con ellos mismos y sentirse como parte de un todo. Es sorprendente ver la recepción y la importancia, que le dan los concurrentes al hecho de que alguien los mire a los ojos y los vea como personas.


Personas que, a diferencia de otras, solo tuvieron la poca fortuna, de no encontrar en Buenos Aires, esa vida que vinieron a buscar. Ellos están ahí mucho no los ven, pero están ahí.